Cuando se reducen los intervalos de mantenimiento o aparecen defectos en la lámina, ha llegado el momento de examinar atentamente los cabezlaes, porque son uno de los componentes decisivos en materia de productividad y calidad. Si, durante el examen, se detectan grietas superficiales, cantos dañados o piezas desgastadas, los fabricantes se enfrentan a la decisión de adquirir un cabezal nuevo. Esto siempre implica una inversión considerable. «Es mucho más conveniente reacondicionar los cabezales por completo», afirma Tomas Kreft, experto en cabezales de hilera plana en Reifenhäuser. Asesora a los clientes que desean procesar sus cabezales de hilera plana, cabezales especiales o adaptadores de coextrusión. Porque a la hora de reacondicionar los cabezales, hay varios aspectos a tener en cuenta.
A menudo, las empresas usan distintos cabezales, incluso de distintos fabricantes, que difieren entre sí: Las diferencias abarcan desde los revestimientos, materiales y geometrías hasta los repuestos, que nunca son fáciles de conseguir. «Por eso valoramos la gran experiencia que aporta nuestro equipo de reacondicionamiento en el trabajo con cabezales de fabricantes muy diversos - y no solo con nuestros propios componentes. En el peor de los casos, un error en el procesamiento puede provocar la inutilización total del cabezal».
Cabezales procesadas por el servicio de Reifenhäuser
El procesamiento de los cabezales en Reifenhäuser comienza con una inspección inicial y la medición de toda la geometría del cabezal. «De este modo nos aseguramos al cien por cien de que el cliente reciba elc abezal con la misma geometría que nos envió, aunque, naturalmente, procesada», explica Kreft. Además, se retiran los revestimientos, se identifica la reparación necesaria y se comenta con el cliente.
Experiencia con cabezales de distintos fabricantes
El equipo de reacondicionamiento deja el cabezal como nuevo desde el punto de vista mecánico, eléctrico y técnico. Para ello, entre otras cosas, se lijan y pulen todas las superficies, dejándolas en estado impecable. «Para lograr una gran calidad, es muy importante el trabajo manual, por ejemplo, en el pulido de la superficie de fluencia. Nuestros compañeros están especializados en los grados de finura de distintos fabricantes», explica Kreft.
Las superficies procesadas se dotan de un nuevo revestimiento: «Aquí radica el kit de la cuestión: Si el revestimiento no es bueno, se desprende, aparecen poros y problemas de adherencia», afirma Kreft. Por eso, Reifenhäuser colabora con proveedores de revestimiento especialmente certificados.
Opcionalmente, el equipo de servicio también repara, por ejemplo, la electrónica de la boquilla, o adapta su geometría a nuevos requisitos de material. «Podemos hacer muchos cambios en un cabezal. Pero siempre hay una cuestión decisiva: si el reacondicionamiento es rentable en comparación con la adquisición de un cabezal nuevo», aclara Kreft.
Al final del procesamiento, una inspección garantiza que el cabezal reacondicionado ofrezca los mismos parámetros que uno nuevo y cumpla todos los requisitos de calidad de un cabezal Reifenhäuser nuevo. «Tras el reacondicionamiento, el cabezal produce la misma calidad que uno nuevo», afirma Kreft. «Pero los costes son muy inferiores».
Otra ventaja: Los cabezales se pueden procesar varias veces; la frecuencia y los intervalos dependen de distintos factores. Uno de esos factores es la calidad del revestimiento, pero también es importante el mantenimiento del cabezal. Una limpieza regular y profesional retrasa el necesario procesamiento y el tiempo necesario para la total recuperación. «Si los clientes esperan demasiado, se reduce la vida útil en general», explica Kreft, «porque en el procesamiento se debe retirar demasiado material para recuperar un buen estado de la unidad».
Acciones importantes: Prolongar la vida útil del cabezal
Con un cabezal bien mantenido, producirá calidad durante más tiempo. Esto incluye:
La materia prima procesada también influye en la durabilidad del cabezal. «Muchos de nuestros clientes que procesan materiales abrasivos como el PVC nos envían los cabezales en intervalos fijos para su reacondicionamiento y no esperan a observar una merma en la calidad», afirma Kreft.
En general, las empresas deben planificar con antelación el procesamiento de los cabezales porque el trabajo puede durar hasta doce semanas. «Para que la instalación no esté parada todo ese tiempo, los fabricantes deben tener un cabezal de reserva que puedan usar durante el reacondicionamiento», aconseja Kreft. «Si la cantidad de material procesado es grande, este tipo de adquisición se amortiza rápidamente».